Uno de los lugares comunes que la ideología económica y política neo-liberal ha instalado en la mentalidad de muchas personas repitiéndolo machaconamente a través de medios de comunicación y comentaristas interesados es la idea de que los servicios públicos funcionan peor y son más caros que los servicios privatizados gestionados por empresas. Esta ha pasado a ser una de esas verdades "evidentes" que no necesitan demostración y sin embargo cada vez que evaluamos un servicio público privatizado sea de aguas, de residuos sólidos, de servicios sociales, tarde o temprano comprobamos que no hay mejora en el servicio, ni en la situación de los empleados que lo realizan; antes al contrario las empresas reducen costes y calidades para obtener beneficios que es su prioridad y razón de ser, y esto incluye, por supuesto, los sueldos y condiciones laborales de los trabajadores. Lo habitual es que los gobiernos locales de los ayuntamientos cedan esos servicios públicos a las empresas privadas que cuentan así con una clientela "fija", a cambio de una cantidad de dinero que sirve para aliviar la difícil situación financiera a corto plazo pero que a medio y largo plazo significa una pérdida económica constante para todos los habitantes de la localidad. En estos momentos de crisis una de las recetas que vuelve a aparecer es la privatización dictada desde los gobiernos estatales, autonómicos y locales, aunque ya realmente queda poco por malvender. En nuestra pregunta ponemos como ejemplo la sanidad española porque es una de las pruebas de que la gestión pública puede ser buena, como lo demuestra las visitas de los ciudadanos de países europeos con mayor nivel económico (británicos, alemanes, ...) que vienen a tratarse en los centros hospitalarios españoles. La sanidad privada es un lujo aparente porque como saben todos que disfrutan de un seguro privado o de la cobertura de una mutua, cuando las cosas se ponen realmente mal y nos enfrentamos a una enfermedad grave, nosotros o nuestros familiares, sólo la sanidad pública responde.
En lo local también en Monesterio tenemos un ejemplo reciente y desastroso de la privatización de un servicio público, en este caso la residencia de mayores, que tras ser cedida su gestión y ver cómo empeoraba el servicio y se deterioraban las condiciones laborales de los empleados, a quienes todavía se les adeudan salarios; el ayuntamiento ha tenido que volver a hacerse cargo de la misma, eso sí, con la intención de sanearla y volver a entregarla a otra entidad. ¿No apren-
demos la lección?
En lo local también en Monesterio tenemos un ejemplo reciente y desastroso de la privatización de un servicio público, en este caso la residencia de mayores, que tras ser cedida su gestión y ver cómo empeoraba el servicio y se deterioraban las condiciones laborales de los empleados, a quienes todavía se les adeudan salarios; el ayuntamiento ha tenido que volver a hacerse cargo de la misma, eso sí, con la intención de sanearla y volver a entregarla a otra entidad. ¿No apren-
demos la lección?
Desgraciadamente la lección está muy aprendida: lo publico como complice de las tropelías de lo privado. Yo te dejo a huevo, tu los desplumas, ya vengo yo otra vez por detras para pagar los platos rotos y ponertelos a huevo otra vez... Que se lo digan a la banca si no funciona así el sistema.
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