Os presentamos el material que hemos preparado para la pre-campaña electoral, es una serie de ocho preguntas para entregar en mano, en la que plantemos ocho preguntas sobre los distintos aspectos que presenta la crisis global en este momento. Nuestra intención es que quien acceda a alguno de estos papeles se enfrente a cuestiones que le hagan reflexionar sobre aspectos políticos que no son ideas abstractas sino situaciones muy concretas que nos afectan a tod@s de alguna manera.
El primero está dedicado a la crisis inmobiliaria y su aspecto más sangrante, las miles de familias que han tenido que abandonar su vivienda por no poder pagar los elevados préstamos hipotecarios, con el agravante de que ni así zanjan la deuda con el banco, deberán pagar la diferencia entre lo que obtuvieron de préstamo y la cantidad que se obtenga por la subasta de la propiedad. Es decir deben abandonar su hogar por que no tienen dinero, buscarse un alquiler donde vivir y seguir pagando la hipoteca al banco. Y por muchos años. Simplemente una trampa infernal donde están atrapadas miles de familias.
Otro aspecto delirante es que sigue habiendo muchas personas jóvenes que quieren independizarse pero los precios de la vivienda libre siguen siendo inalcanzables para los menguantes sueldos de los jóvenes y las viviendas de protección oficial son escasísimas y mientras hay cerca de dos millones de viviendas deshabitadas y terreno reservado o proyectos paralizados para otras tantas. Es difícil imaginar un derroche de materiales e inversiones mayor y, no lo olvidemos, especulando sobre un derecho fundamental.
Hace muchos años que no salen viviendas de protección oficial en Monesterio, se ha dejado en mano del mercado supuestamente libre esa capacidad y los precios subieron y subieron, ahora hay obras paralizadas y mucha gente que no puede acceder a ninguna vivienda. La población de la localidad continúa descendiendo. Es necesario favorecer las viviendas de protección impulsadas por la administración regional y local.
El primero está dedicado a la crisis inmobiliaria y su aspecto más sangrante, las miles de familias que han tenido que abandonar su vivienda por no poder pagar los elevados préstamos hipotecarios, con el agravante de que ni así zanjan la deuda con el banco, deberán pagar la diferencia entre lo que obtuvieron de préstamo y la cantidad que se obtenga por la subasta de la propiedad. Es decir deben abandonar su hogar por que no tienen dinero, buscarse un alquiler donde vivir y seguir pagando la hipoteca al banco. Y por muchos años. Simplemente una trampa infernal donde están atrapadas miles de familias.
Otro aspecto delirante es que sigue habiendo muchas personas jóvenes que quieren independizarse pero los precios de la vivienda libre siguen siendo inalcanzables para los menguantes sueldos de los jóvenes y las viviendas de protección oficial son escasísimas y mientras hay cerca de dos millones de viviendas deshabitadas y terreno reservado o proyectos paralizados para otras tantas. Es difícil imaginar un derroche de materiales e inversiones mayor y, no lo olvidemos, especulando sobre un derecho fundamental.
Hace muchos años que no salen viviendas de protección oficial en Monesterio, se ha dejado en mano del mercado supuestamente libre esa capacidad y los precios subieron y subieron, ahora hay obras paralizadas y mucha gente que no puede acceder a ninguna vivienda. La población de la localidad continúa descendiendo. Es necesario favorecer las viviendas de protección impulsadas por la administración regional y local.
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